lunes, 31 de agosto de 2009

LAS PALABRAS - PABLO NERUDA

Todo lo que usted quiera, si señor, pero son las palabras las que cantan, las que suben y bajan... Me prosterno ante ellas... Las amo, las adhiero, las persigo, las muerdo, las derrito... Amo tanto las palabras... Las inesperadas... Las que glotonamente se esperan, se escuchan, hasta que de pronto caen... Vocablos amados... Brillan como piedras de colores, saltan como platinados peces, son espuma, hilo, metal, rocío... Persigo algunas palabras... Son tan hermosas que las quiero poner todas en mi poema... Las agarro al vuelo, cuando van zumbando, y las atrapo, las limpio, las pelo, me preparo frente al plato, las siento cristalinas, vibrantes, ebúrneas, vegetales, aceitosas, como frutas, como algas, como ágatas, como aceitunas... Y entonces las revuelvo, las agito, me las bebo, me las zampo, las trituro, las emperejilo, las liberto... Las dejo como estalactitas en mi poema, como pedacitos de madera bruñida, como carbón, como restos de naufragio, regalos de la ola... Todo está en la palabra... Una idea entera se cambia porque una palabra se transladó de sitio, o porque otra se sentó como una reinita adentro de una frase que no la esperaba y que le obedeció... Tienen sombra, transparencia, peso, plumas, pelos, tienen de todo lo que se les fue agregando de tanto rodar por el río, de tanto transmigrar de patria, de tanto ser raíces... Son antiquísimas y recientísimas... Viven en el féretro escondido y en la flor apenas comenzada... Qué buen idioma el mío, qué buena lengua heredamos de los conquistadores torvos... Estos andaban a zancadas por las tremendas cordilleras, por las Américas encrespadas, buscando patatas, butifarras, frijolitos, tabaco negro, oro, maíz, huevos fritos, con aquel apetito voraz que nunca más se ha visto en el mundo... Todo se lo tragaban, con religiones, pirámides, tribus, idolatrías iguales a las que ellos traían en sus grandes bolsas... Por donde pasaban quedaba arrasada la tierra... Pero a los bárbaros se les caían de las botas, de las barbas, de los yelmos, de las herraduras, como piedrecitas, las palabras luminosas que se quedaron aquí resplandecientes... el idioma. Salimos perdiendo... Salimos ganando... Se llevaron el oro y nos dejaron el oro... Se lo llevaron todo y nos dejaron todo... Nos dejaron las palabras.
Ame Bustamante.
Con respecto a las palabras y a nuestro idioma, este es mi favorito.

domingo, 23 de agosto de 2009

Influencia Musical


La mayoría de las personas sabe, o por lo menos logra darse cuenta, que todo lo que nosotros demostremos o hagamos con nuestro cuerpo, ya sean señales, ruidos, gestos, etc.. de cierta manera estamos comunicando algo, o por lo menos entregando ciertos mensajes que queremos transmitir a los demás. Todo proceso del ser humano tiene por conciencia propia la actividad de comunicar.
Es por eso que les hablaré de un concepto que, a mi parecer, es muy relevante en el ámbito de la comunicación, del intercambio cultural entre sociedades, de los modos de interacción de las masas, entre otros; estoy hablando de la música.
La música, desde sus comienzos ha tenido como misión la de comunicar ciertos mensajes o dar a conocer una realidad que queremos transmitir a la sociedad. La música no sólo es un pasatiempo o un hobby, a la que admiramos en gran medida; sino que también es una mensajera de todo pensamiento o idea que tengamos presentes en nuestra mente que de cierta manera queremos compartir con los demás.
Las letras de las canciones no sólo se escriben acorde a una melodía bonita o simétrica, éstas llevan un mensaje que quiere transmitir el intérprete musical a un determinado grupo de personas; tenemos el conocido caso de Los Prisioneros, banda Chilena muy conocida a nivel nacional y también en latinoamérica. Ellos no sólo eran un grupo musical con canciones pegajosas o que sonaban bien, sino que además de todo ese talento musical, ellos tenían algo que decir al resto; demostrar la realidad que vivían, tratar de buscar una solución a sus problemas; y de qué mejor manera que demostrándolo por medio de lo que mejor hacían, la música.
Así como las líricas de Los Prisioneros, tenemos una infinidad de casos en el ámbito musical, en los cuales encontramos temas y realidades en común acerca del amor, problemas políticos, religión, etc...
Podemos decir entonces, sobretodo con el tema del gran intercambio cultural que se vive día a día debido a la globalizacion y el acceso a la información, que la música es como un gran canal, al cual cualquier persona puede tener acceso y dar a conocer sus vivencias o estilos de vida, y de cierta manera comunicarlos o simplemente comentarlos junto a otras personas que pueden compartir el mismo estilo de uno.

Angelo Donato

martes, 18 de agosto de 2009

EN EL ORIGEN ERA LA PALABRA.

Considerando la heterogeneidad de los mitos etiológicos de la humanidad podemos darnos cuenta que quienes relataban esos mitos requerían de un elemento esencial para comunicar cómo se había creado el universo, nuestro sistema solar, el hombre. Ellos, los aedos, necesitaban de la palabra, como nosotros para no convertirnos en una pseudo imagen del otro y de nosotros mismos.
Nuestros antepasados desarrollaron la palabra, el verbo en forma lenta. Primero fueron sonidos guturales. Con el tiempo se transformaron en pre-palabras. Después en palabras articuladas y arbitrarias en su significado y significante. La palabra se multiplicó y fue posible "ver" y crear nuevas realidades. Las palabras se compartieron, se vistieron de distintos colores, para expresar lo mismo según cultura y lugar geográfico: insula = isla; windows, fenetre = ventana; pferd, cavallo, cavalo = caballo.
Nuestro cuerpo buscó nuevas de comunicar, pero nunca ha dejado de lado o en el anonimato la palabra. Ella se conserva en nuestra diaria existencia, la amamos, la mutilamos, la recreamos y ella, sabia y tenaz permanece siempre dispuesta para ser el puente, el cordón umbilical, el cordón de plata de la comunicación.
Conservamos las palabras en la memoria, en nuestros documentos word de nuestro computador, en los teléfonos celulares cuando enviamos mensajes de texto o agregamos un contacto. La palabra y su extensa familia está en todas partes. Es una presencia/ausencia; está y no está. Ausente cuando no hablo, presente cuando pienso: presente cuando hablo, ausente cuando no pienso; presente en los sueños, ausente en la muerte. Presente en nosotros que estamos vivos, aunque algunas veces la olvidamos.
Invoquemos las palabras como Neruda para que nuestra comunicación sea más rica, creativa y fluida.
A los alumnos de Comunicación II, Universidad Tecnológica de Chile, bienvenidos a este espacio de nuevas palabras y nuevos espacios comunicativos/creativos.
Pido permiso a Pablo Neruda para que les de la bienvenida.
ODA AL DICCIONARIO
Lomo de buey, pesado

cargador, sistemático
libro espeso:
de joven
te ignore, me vistió
la suficiencia y me creí repleto,
y orondo como un
melancólico sapo
dictaminé: "Recibo las palabras
directamente
del Sinaí bramante.
Reduciré las formas a la alquimia.
Soy mago".
El gran mago callaba.
El Diccionario,

viejo y pesado, con su chaquetón
de pellejo gastado,
se quedó silencioso
sin mostrar sus probetas.
Pero un día,

después de haberlo usado
y desusado,
después
de declararlo
inútil y anacrónico camello,
cuando por largos meses,
sin protesta, me sirvió de sillón
y de almohada,
se rebeló y plantándose
en mi puerta
creció, movió sus hojas
y sus nidos,
movió la elevación de su follaje:
árbol
era,
natural, generoso
manzano, manzanar o manzanero,
y las palabras,
brillaban en su copa inagotable,
opacas o sonoras
fecundas en la fronda del lenguaje,
cargadas de verdad y de sonido.
Aparto una

sola
de
sus
páginas:
Caporal
Capuchón qué maravilla
pronunciar estas sílabas
con aire,
y más abajo Cápsula
hueca,
esperando aceite o ambrosía,
y junto a ellas
Captura Capucete Capuchina
Caprario Captatorio
palabras
que se deslizan como suaves uvas
o que a la luz estallan
como gérmenes ciegos que esperaron
en las bodegas del vocabulario
y viven otra vez y dan la vida:
una vez más el corazón las quema.
Diccionario, no eres

tumba, sepulcro, féretro,
túmulo, mausoleo,
sino preservación,
fuego escondido,
plantación de rubíes,
perpetuidad viviente
de la esencia,
granero del idioma. Y es hermoso
recoger en tus filas
la palabra
de estirpe,
la severa
y olvidada
sentencia,
hija de España,
endurecida como reja de arado,
fija en su límite
de anticuada herramienta,
preservada
con su hermosura exacta
y su dureza de medalla.
O la otra
palabra
que allí vimos perdida
entre renglones
y que de pronto
se hizo sabrosa y lisa en nuestra boca
como una almendra
o tierna como un higo.
Diccionario, una mano

de tus mil manos, una
de tus mil esmeraldas,
una
sola
gota
de tus vertientes virginales,
un grano
de
tus
magnánimos graneros
en el momento
justo
a mis labios conduce,
al hilo de mi pluma,
a mi tintero.
De tu espesa y sonora
profundidad de selva,
dame,
cuando lo necesite,
un solo trino, el lujo
de una abeja,
un fragmento caído
de tu antigua madera perfumada
por una eternidad de jazmineros,
una
sílaba,
un temblor, un sonido,
una semilla: de tierra soy y con palabras canto.

Profesor
Manuel González Sánchez
SPERO LUCEM POS TENEPRAS